Tradicionalmente los pacientes son puestos en NPO a partir de medianoche para reducir el riesgo de aspiración de contenido gástrico durante la inducción anestésica. Esta estrategia termina siendo un largo periodo sin hidratación o nutrición, especialmente para casos programados para turnos electivos tardíos. La ingesta de líquidos claros hasta dos horas antes de la cirugía no aumenta el riesgo de aspiración en adultos sanos (1) y puede disminuir la ansiedad, hambre y sed mientras se espera el turno quirúrgico (2). Las guías de la sociedades de anestesia de varios países recomiendan consistentemente unas 6 horas de ayuno para sólidos y 2 horas para líquidos claros, excepto en pacientes con disfagia, obstrucción o gastroparesia.
Para mayor información, ver el capítulo 4: “Preoperative Fasting and Carbohydrate Treatment” en el Manual SAGES/ERAS Programa de Recuperación Mejorada para Cirugía Gastrointestinal.