Hay un margen angosto para una óptima fluidoterapia que busque mantener la euvolemia y evite ambas, la deshidratación y el exceso de agua y sal. La tasa de complicaciones se incrementa cuando sucede sobrecarga de fluidos de apenas 3 litros en cirugía electiva intestinal, especialmente cuando se trata de cristaloides (1). El uso de cristaloides balanceados (ejem: lactato ringer) se prefiere sobre la solución “salina normal” que tiene mayor contenido de cloro que el líquido extracelular (2). La meta debe ser un balance “cercano a cero”, indicado por una ganancia de peso mínima (< 2.5kg) en el primer día post operatorio.
Intraoperatoriamente: Los pacientes en PRM que no están en ayuno prolongado ni preparación intestinal tienen déficits mínimos a ser reemplazados y los requerimientos de mantenimiento durante la cirugía pueden ser alcanzados utilizando solución cristaloide balanceada a un rango de 1-3ml/kg/hr (3). El gasto urinario debe ser reemplazado 1:1 con cristaloides, y las pérdidas plasmáticas por sangrado son reemplazadas 1:1 con coloides (4). Varios dispositivos no invasivos miden de modo continuo la performance cardiaca y pueden ser utilizados para adecuar el manejo de fluidos. En general, su uso reduce la tasa de complicaciones en cirugía mayor (5,6). Sin embargo, no se han demostrado beneficios con este manejo en comparación con el régimen de “balance cero” en pacientes PRM, particularmente en el contexto de la confiabilidad con neumoperitoneo presente y posiciones extremas de la mesa operatoria (3,7).
Para mayor información, ver el capitulo 11: “Fluid Management” en el Manual SAGES/ERAS Programa de Recuperación Mejorada para Cirugía Gastrointestinal.